El buque petrolero Prestige se ha hundido frente a las costas españolas. El desastre ecológico es ya un hecho. Para conocer mejor la extensión de lo sucedido, los científicos están utilizando imágenes de radar enviadas por el instrumento ASAR del satélite Envisat, propiedad de la Agencia Espacial Europea (ESA).
Las fotografías se obtuvieron el domingo 17 de noviembre. En ese momento, la mancha de combustible se había extendido más de 150 kilómetros. En ellas se puede apreciar un punto blanco y brillante (el Prestige), rodeado por otros más pequeños (los barcos de vigilancia), y la enorme y ondulante forma del vertido, acercándose a la costa del noroeste español.
Los controladores del satélite Envisat, el vehículo de observación terrestre más avanzado de la ESA, ordenaron a su instrumento ASAR (Advanced Synthetic Aperture Radar) la toma urgente de imágenes de radar durante un sobrevuelo de la región. El ASAR, funcionando en modo «ancho», puede obtener imágenes que cubren un área aproximada de 400 por 400 km.
La mancha, que ya ha afectado a más de 200 km de costa, perjudicando a la vida marina y terrestre, así como a los medios de subsistencia de muchos pescadores gallegos, se ha visto impulsada por los fuertes vientos de la zona. Estos mismos vientos han propiciado la mezcla del combustible con el agua, reduciendo la cantidad del primero en la superficie y por tanto haciéndolo más difícil de detectar. Si el accidente se hubiera producido más lejos o el vertido hubiera sido menor, este mecanismo hubiera minimizado los daños, pero por desgracia, no ha sido así.
La presencia de la mancha amortigua las olas generadas por el viento. Son estas olas las que reflejan la señal de radar enviada por el Envisat, por lo que, en estos casos, la zona afectada se aprecia como una región oscura. En condiciones normales, se vería brillante.
La ventaja del radar ASAR es que puede operar a cualquier hora, de día o de noche, y ante cualquier circunstancia meteorológica. Por eso fue capaz de registrar el vertido a pesar de la lluvia intensa y de una capa nubosa que un instrumento óptico no habría podido atravesar.
Tanto el Envisat como su hermano menor, el viejo ERS-2, continuarán obteniendo imágenes de la costa gallega durante los próximos días, siguiendo la evolución de lo ocurrido. El Prestige, que sufrió sus primeros problemas el 13 de noviembre, lanzó al mar unas 10.000 toneladas de su carga de 70.000 antes de partirse en dos. En ese momento, otras 10.000 toneladas fueron a parar al agua. Con el hundimiento, el 75 por ciento de la carga desapareció con el buque. Se espera que ésta permanezca en los tanques, pero si llegara a salir, el vertido doblaría en tamaño al provocado por el Exon Valdez en Alaska, en 1989. Gracias al Envisat podrá hacerse una vigilancia constante sobre lo que ocurre en la zona en el futuro. Sus imágenes también servirán para hacer más eficaces las tareas de limpieza.
Deja una respuesta