Hace poco más de una semana, estaba revisando Twitter cuando de repente me encontré con la noticia; los primeros tweets que hablaban y hacían trending topic a Les Rambles. Minutos después tenía que poner TV3 en directo vía web para comnenzar a informarme sobre lo ocurrido y sentir un nudo en la garganta.
Hoy sábado he ido a mi primera manifestación desde 1998. Ha habido momentos graves en los que seguramente tendría que haber salido a la calle, pero desde que a mediados de semana supe de ella, y aún estando fuera de Catalunya, sin duda ya comencé a escribir a conocidos para saber si alguien iba. Esta tarde me he venido con mi hermana al centro de mi ciudad, Barcelona, a expresar mi respeto con mis compañeros de geolocalización.
A sabiendas de que los transportes públicos iban a estar congestionados, ha sido una decisión correcta la de ir en moto y aparcar a varias calles (al límite de la jaula que se ha creado alrededor del centro de la ciudad).
A partir del momento en que hemos llegado a Passeig de Gràcia la cosa se animaba, aunque aún era muy pronto, ya que faltaba una hora y media para comenzar. Justo antes de venir, viendo las noticias, hemos sabido que se iban a entregar 70.000 rosas a los asistentes.
Y no eran sólo rosas, sino que algunas organizaciones han decidido hacer algunos carteles con mensajes directos a algunos de nuestros representantes políticos.
Según nos hemos ido acercando al centro de la ciudad nos hemos encontrado con más y más encierro, con más seguridad y más dificultades para caminar. Las calles se habían convertido en los límites de seguridad de Plaça de Catalunya, lo que te llevaba a tener que caminar una manzana más allá para poder cruzar.
Como decía, hemos ido con tiempo por lo que hemos decidido ir a Les Rambles. Según nos acercábamos, se notaba un ambiente distinto. Quizá no tanto en la parte superior, pero según ibas bajando la cosa cambiaba y el silencio se recogía en las zonas donde habían pequeñas zonas de recogida.
Por el camino un grupo de la Guardia Urbana ha ido a hacer una ofrenda floral y al volver a la cabecera de Les Rambles según pasaban la gente se paraba y les aplaudía. Probablemente el lugar más icónico y más silencioso y respetuoso es la zona del mural de Joan Miró, ahora tapado por miles de flores, centenares de mensajes y decenas de peluches.
Sin duda, se escuchaba un run-rún, pero el momento era bastante extraño y te hacía pensar.
A la vuelta a Plaça de Catalunya, los medios comenzaban a hacer su trabajo y a emitir en directo para todo el planeta.
Los primeros políticos llegaban y, obviamente, los primeros aplausos y gritos…
Cuando se ha acabado todo, volviendo, nos hemos encontrado con unos «bolardos» gigantes, en forma de autobús.
Como conclusión saco que esta manifestación se ha politizado; creo que si no hubiera venido ningún político se hubiera acercado aún más gente, hubiera habido muchísimos más aplausos y menos pitidos, y en general todo el mundo hubiera quedado mucho más contento. No digo que los políticos no hubieran venido, pero que lo hubieran hecho entre la multitud y no de forma separada como ha acabado pasando. Ha sido muy obvio que primero se aplaudiría, luego se pitaría y luego se volvería a aplaudir, según pasaban los cuerpos de seguridad y emergencias, posteriormente los políticos y finalmente la ciudadanía.
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