En estos últimos tiempos he aprendido dos cosas que no hay que hacer nunca cuando quieres redireccionar una página si no quieres hundirte en la miseria.
Cosa 1: Redirecciones 301 a 404
Uno de los fallos más habituales que comentemos cuando hacemos una redirección 301 es que solemos mandar tooodo a la nueva URL, dominio o lo que toque en cada caso… pero no solemos parar a mirar si una página se está redireccionando hacia una que da error, o sea, una que devuelve un código 4xx.
¿Y qué pasa con los buscadores? Pues que como siempre se lían con los 3xx, 4xx y 5xx, por norma general, si haces una redirección a una página de error, esas páginas se acaban añadiendo al índice secundario y se monta un poyo bastante hermoso.
La cuestión es que, los casos en los que una redirección 301 acaba mandando a una página 404, esa página, puede que visiblemente no esté en los resultados de búsqueda, pero si revisas en Webmaster Tools aparecen «cosas raras».
Cosa 2: Canonical con noindex
Una de las formas más sencillas de hacer una redirección, o mejor dicho, de corregir si una dirección URL no es correcta, es la de usar la meta-etiqueta canonical. Con esta etiqueta, básicamente le decimos a los buscadores que «ignoren» la direción URL que se encuentra en la ventana del navegador y que la que han de poner e indexar es la que aparece en el código fuente. De esta forma, si algún juanker quiere hacer cosas malignas, no va a poder conseguirlas.
El problema más grande es que en algunas ocasiones, uno se puede plantear que «la página actual» ha de ser otra (por eso ponemos el canonical) y no queremos que la «vieja» se indexe (por lo que ponemos el noindex)… ¿qué ocurre? Que tanto la nueva como la vieja no se indexarán al tener ese noindex.
Teniendo en cuenta que el canonical lo que acaba haciendo es «eliminar» la dirección URL antigua, no hace falta utilizar el noindex, ya que perjudica en la aparición en los resultados de búsqueda.
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