Los que me conocen bien saben que una de mis frases es «las cosas no pasan porque sí». Hace unos año la retoqué ligeramente y aunque la frase de por sí es incorrecta gramaticalmente, quedó es «las cosas ni las personas pasan porque sí». Básicamente lo que vengo a decir es que todo aquello que te pasa y las personas que te vas encontrando a lo largo de los días tienen alguna razón de ser en tu persona.
Para mi es muy fácil verlo sobre todo con las personas, y más concretamente con personas con las que tienes una relación intensa durante unos meses y, sin saber bien bien cómo, la cosa se acaba (casi casi como empezó). A mi de estas me han pasado unas cantas, y con perspectiva me paso a mirar atrás y me doy cuenta de que estas personas han tenido un lugar destacado en mi vida por alguna razón en concreto (razones muy muy variadas, normalmente). De la misma forma veo momentos clave en mi vida en los que una desgracia o una época muy mala que acaba en un extremo genera otros momentos de inicio. Ya lo dicen, cuando un puerta se cierra, otra se abre.
Hace 10 años tuve una temporada bastante mala. Al cabo de unos años, hablando con una persona a la que conocía poco le dije que estaba buscando «el camino» y, no me preguntéis cómo, pero acabé en una sala con un par de señoras de esas que «te ven» y que me explicaron cosas «de mi vida» que me estaban pasando y porqué estaban pasando. Ya os adelanto que no soy una persona creyente, todo lo contrario, soy bastante racional, aunque mi intuición, sentido común, inconsciente, me dice que algo raro está pasando aunque no lo vea. Aquel día, en aquel lugar básicamente sólo tenía una cuestión, y era referente a mi vida laboral. El resto, aunque no me daba igual, preferí ni preguntar… Es curioso porque lo que me dijeron (que no fue mucho) es algo que se ha cumplido. Su frase fue algo como que, a partir de ese momento iba a tener 3 trabajos, que el primero no tendría nada que ver con «lo mío», que el segundo sería muy parecido y la base, y que el tercero sería el definitivo. Tras aquello he tenido 3 trabajos: el primero fue de socorrista en Cruz Roja del Mar, el siguiente fue de pinchacables hasta CTO en Grupo ITnet y, tras salir de ahí con mi «espíritu emprendedor», todo lo que ha sido OJObuscador, luego OJO internet y de ahí todo el tema de SEO hasta Keep It Simple Lab. Sin duda este «tercer trabajo» que es algo muy etéreo es mi trabajo definitivo, porque no nos vamos a engañar, yo ya no puedo trabajar en una oficina con un jefe 8 horas molestando.
Aunque quizá lo que más me quedó fue el segundo comentario que me hicieron, el de la «cuarentena». Básicamente lo que me dijeron es que por norma general, cada año, los 40 días antes de mi cumpleaños, pasarían cosas raras, que era una época «mala». Si antes os decía lo de echar la vista atrás, ya no os cuesto si miro ese periodo de tiempo de aproximadamente mediados de noviembre hasta finales de diciembre porque, efectivamente, es para echarse a llorar. Y es que cada año por estas fechas pasa algo. Lo divertido (por sacarle algo entretenido al asunto) es que suele ser doble… es decir, a principios de la cuarentena pasa algo (por ejemplo, el año pasado me fui a Miami, el anterior comenzamos un gran proyecto, el otro…) y al final, cuando se acerca mi cumpleaños, suele acabar con otra bomba informativa.
Este año ha vuelto a pasar. La verdad es que se podría decir que se me había pasado (como casi cada año) pero revisando la agenda de estos días atrás vuelvo a ver el inicio de un buen proyecto y también cambios personales importantes, es decir, cambios de todo tipo. Creo que este año me voy a meter en la cama el 20 de diciembre y no voy a salir hasta el 30, por lo que pueda pasar…