Las toxinas producidas por la bacteria Bt (Bacillus thuringiensis), utilizadas como insecticida natural en la agricultura orgánica durante cinco décadas, podrían tener también un uso brillante en la lucha contra los nematodos (gusanos redondos parásitos).
Los biólogos esperan obtener así un sistema barato y seguro para el medio ambiente que permita controlar un tipo de plaga que destruye miles de millones de dólares al año en cosechas, que produce enfermedades en animales de granja y mascotas, y que hoy en día infecta a una cuarta parte de la población humana.
Las enfermedades que producen en las personas son diversas, desde la ascariasis hasta el anquilostoma, pasando por la elefantiasis. Los científicos están cada vez más preocupados por el grado de resistencia que han desarrollado los nematodos parásitos hacia los fármacos disponibles. Pero un problema aún peor es el coste de estos fármacos, como bien sabe cualquier propietario de mascotas.
Las toxinas de Bt, sin embargo, son baratas. Han tenido un papel esencial durante décadas en el control de los insectos, como los mosquitos que transmiten enfermedades, sobre todo en los países del tercer mundo. Ahora son utilizadas en algunos cultivos modificados genéticamente, como el algodón o los cereales, para combatir las orugas y los escarabajos.
Además de ser fáciles de fabricar, las toxinas de Bt son muy seguras para los humanos y los animales vertebrados, explica Raffi V. Aroian, de la University of California en San Diego. Todos los estudios indican que estas toxinas, pequeños cristales de proteínas, son inofensivos para los animales con columna vertebral.
Los biólogos de la UCSD habían descubierto que las toxinas de Bt llamadas Cry6A y Cry14A eran capaces de reducir la habilidad del gusano C. elegans de producir numerosa descendencia. Además, otra proteína denominada Cry5B era capaz de destruir los intestinos del mismo nematodo. Para determinar su estos efectos podían aplicarse a otras especies de nematodos, se hicieron experimentos con ejemplares de Pristionchus pacificus, Panagrellus redivivus, Acrobeloides sp., Distolabrellus beechi y Nippostrongylus brasiliensis. Todos ellos mostraron diversos grados de susceptibilidad frente a los cristales de proteína de Bt: algunos murieron, otros vieron reducida su descendencia y los demás vieron dañados sus intestinos.
Al menos uno de los nematodos que pueden morir (Nippostrongylus brasiliensis) es un parásito de mamíferos, de modo que las toxinas de Bt podrán utilizarse para combatirlos en humanos.
Sin embargo, antes de ser aplicadas en la agricultura, deberán hacerse estudios para comprobar que las mismas toxinas no afectan a otros gusanos que sí son beneficiosos, como los que viven en el suelo y que ayudan a controlar las plagas de insectos.
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