Efectos de la Conducción Con Teléfono Móvil

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Un análisis estadístico llevado a cabo por expertos de la University of Utah demuestra que los conductores que emplean el teléfono móvil son más propensos a sufrir accidentes y a reaccionar con lentitud cuando hablan a través de los aparatos celulares. Se produce una disminución de su capacidad de procesamiento de la información visual.

Aunque los conductores dirijan la mirada hacia los objetos que se encuentran en la calzada, pueden no llegar a «verlos» debido a que su atención está centrada en otras cosas, explican David Strayer, Frank Drews y William A. Johnston, psicólogos de la UU. En efecto, las conversaciones telefónicas ocasionan una reducción de nuestra habilidad en la conducción, porque desvían nuestra atención de la escena visual, causando una especie de «ceguera» temporal.

Esta ceguera explica por qué no hay demasiadas diferencias en cuanto al número de accidentes entre aquellos que son usuarios de teléfonos de «manos libres» y los que emplean aparatos celulares normales. Ambos verán menos señales de tráfico y reaccionarán más lento ante las que sí vean, comparado con los conductores que no usan teléfono. En cambio, el hablar con un acompañante o escuchar la radio no produce una distracción tan acusada y peligrosa.

Se realizaron pruebas experimentales durante las cuales un sujeto voluntario debía controlar un cursor en una pantalla mediante una palanca de mando, mientras hablaba por teléfono. Después se efectuaron ensayos más sofisticados en las que los voluntarios se sentaban en un simulador de conducción (PatrolSim II+ Driver Training Simulator). Dicho simulador, utilizado normalmente por la policía, reproduce la cabina de un coche patrulla Ford Crown Victoria, incluyendo volante, pedales, llave de contacto, etc. Está rodeado de pantallas que muestran un ambiente de conducción realista. Los voluntarios conducían mientras se comunicaban mediante un teléfono móvil con otra persona que se encargaba de hacerlos hablar y escuchar.

La simulación presentó tráfico rodado más o menos denso. En tráfico escaso, no se produjeron «accidentes», mientras que en tráfico denso, éstos sí ocurrían frecuentemente: los usuarios chocaban con el automóvil de delante. En otros ocasiones, su comportamiento era como mínimo errático, lo que compensaban dejando más espacio entre los vehículos. Los investigadores comprobaron que tardaban más en frenar, frenaban durante más tiempo y tardaban también más en volver a acelerar.

Se ha comprobado que el uso del teléfono no sólo hace más lento nuestro tiempo de reacción. También inhibe nuestra atención respecto a lo que nos rodea, y disminuye la efectividad de nuestra memoria de reconocimiento de objetos, así como nuestra memoria subconsciente.

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