Un científico de la Purdue University ha combinado el estudio de los sedimentos de antiguos lagos y las simulaciones por ordenador para concluir que el fenómeno bautizado como El Niño podría reaccionar ante el calentamiento global de una manera diferente a como las actuales teorías predicen.
Matt Huber ha simulado el clima del pasado mediante un modelo informático, con el objetivo de estudiar la reacción del océano Pacífico tropical. Esta región juega un papel fundamental en la extracción de calor de la atmósfera. Según el análisis realizado, aunque esta zona no puede absorber una cantidad ilimitada de calor atmosférico, incluso cuando el clima se torna más cálido el océano Pacífico tropical mantiene su habilidad de retirar periódicamente dicho calor. Para comprobar esta teoría, se han estudiado sedimentos procedentes de lagos primitivos, de unos 45 millones de años de antigüedad. El resultado sugiere que debería volverse a examinar la relación entre el calentamiento global y El Niño.
A pesar de todo, Huber insiste en que, aunque el Pacífico tropical sea menos susceptible a los efectos del cambio climático de lo que creíamos, aún debemos mostrarnos preocupados por este último.
La oscilación El Niño consiste en un calentamiento de las capas superficiales del océano Pacífico oriental, algo que ocurre cuando los vientos predominantes del oeste en el Pacífico sur se calman, permitiendo que las aguas cálidas del Pacífico occidental se muevan hacia el este. De la misma manera, en un año en el que domine la oscilación llamada La Niña, los vientos acumularán agua caliente en el Pacífico occidental y arrastrarán agua más fría desde las profundidades en el este. Durante los últimos milenios, el Pacífico ha alternado entre estos dos estados, oscilando de una forma irregular pero básicamente estable.
Algunos científicos habían propuesto que el actual calentamiento global podría llegar a detener esta oscilación. Si ello ocurriera, la Tierra podría verse arrastrada hacia un efecto invernadero imparable. Pero Huber ha revisado evidencias históricas para llegar a una conclusión distinta. Ha analizado el clima de la Tierra cuando éste era mucho más cálido (la época llamada Eoceno, hace casi unos 50 millones de años) y ha utilizado el modelo de ordenador para simular el comportamiento del océano Pacífico en dicha época.
Según los resultados, cuando el clima global era mucho más cálido que el actual, el Pacífico tropical oriental se encontraba aún relativamente frío. Las teorías actuales decían lo contrario. No es que dichas teorías fueran incorrectas, sino que simplificaron demasiado el problema. No hay que considerar un océano de dos capas (la superior absorbe calor y la inferior se lo lleva), sino un océano con una tercera entre las anteriores. Esta capa es la clave de todo, y Huber cree que se mantiene fría incluso aunque aumenten las temperaturas por encima y por debajo de ella.
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