Hace poco más de un año que crucé el charco, como se dice, y, aunque la experiencia duró una semana sin duda fue lo suficientemente importante como para que, antes de volver a España, decidiera que me gustaría pasar una temporada aquí, en Miami Beach. Mi socio Jaume dice que Miami Beach es la puerta del infierno, pero que yo soy incorruptible y que esto no me cambiaría… la verdad es que algo me ha cambiado, pero para bien. Como bien dice Maite, si te quedas con lo bueno, es uno de los mejores sitios para disfrutar y vivir.
He de reconocer que los españoles que me han apadrinado aquí han sido de gran ayuda y soporte y sin ellos no hubiera podido hacer ni vivir la mitad de las cosas que he aprendido desde que aterricé por aquellos finales de noviembre del año pasado y, aunque tuve que hacer ese pequeño break en Barcelona durante 3 semanas largas, venir a Estados Unidos me ha cambiado la forma de ver el mundo.
Como ya dije hace unos cuantos artículos, venir aquí sólo, a la aventura, me ha hecho mejor persona, he crecido mucho sobre todo porque aquí realmente he estado «sólo» ante el peligro. Cuando estás cerca de tus amigos, de tu familia, de los que te rodean no te das cuenta de lo que tienes y que el día a día con ellos se hace demasiado fácil. Por otro lado, también me he dado cuenta de que hay más formas de vivir la vida que encerrado en una ciudad y metido muchas horas en la oficina: se puede trabajar lo mismo o más levantándote a las 6:30 de la mañana, bajando una hora a la playa de 8 a 9, comiendo a la 1 y saliendo a hacer deporte o pasear o ver como corren las ardillas por el parque a las 7 de la tarde. Aunque pueda parecer que esto que digo es «tocarme los huevos», mis horas de trabajo son más productivas y en estos meses he lanzado un proyecto propio, he mejorado los anteriores y he podido seguir dando soporte a los clientes que así lo han querido, e incluso, he empezado a alisar el camino para tener ya varios clientes en Estados Unidos a los que dar soporte, probablemente, tras el verano.
Con el cambio de mes comienzo de nuevo en Barcelona mis quehaceres. Tengo un «trabajo de verano» a media jornada que me va a ocupar y dar mucho estrés y que a la vez me va a permitir seguir trabajando en mis cosas y en los proyectos y clientes de Keep It Simple Lab. La verdad es que estoy motivado a mi vuelta porque sé que los nuevos proyectos están yendo bien y eso siempre ilusiona… todo lo que ha ocurrido ha sido como un «reset» y comenzar de nuevo.
Tengo la sensación de llevar años viviendo en Miami Beach, moviéndome con tranquilidad entre tanto turista y recordando que yo hice las mismas cosas que hacen ellos, aunque ahora esto es mi casa, y pienso volver, eso lo sé seguro.
Personalmente recomiendo esta experiencia a todo el mundo que tenga espíritu emprendedor. No es fácil dejar todo atrás, venir a un país desconocido sin una propuesta seria en la cabeza, simplemente ver como es esto y buscar clientes o posibles negocios para «algún día», convertirlo en un way of life. Supongo que como vine sin un objetivo claro los objetivos están más que superados.
Tengo también de que gente a la que aprecio y con la que comparto muchas horas de mi vida, como Jaume, David o Rubén, también han podido compartir algunos días conmigo y disfrutar de esta experiencia, sin el estrés que tuvimos hace un año de hacer todo en una semana. Como dicen por aquí: easy.
Miami Beach: amenazo con volver.
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