Puedes llamarle manager, mentor, gurú, sabio, padre, padrino, experto… A lo largo de los últimos años, cuando «alguien» ha creído que soy una persona importante o influyente en Internet en España me ha comenzado a consultar.
Al principio las consultas suelen ser básicas, relacionadas sobretodo con los conocimientos que puedo a ofrecerle sobre la web, y hace ya menos, sobre buscadores, SEO y demás. Reconozco que desde hace unos meses que ya no me conecto mucho a ningún sistema de mensajería, pero cuando me conecto suelen abrirse varias ventanas de consultas. La verdad es que es todo un alago y algo que hago totalmente convencido si la persona realmente quiere aprender. Al fin y al cabo, se aprende y te das cuenta más de enseñar que haciendo… pero para enseñar has de haber pasado un largo recorrido.
Yo reconozco que he aprendido mucho preguntando, aunque sobretodo viendo qué hacen los demás. Y sobretodo, te das cuenta de las cosas, cuando le haces caso a alguien que realmente sabe de lo que habla. No sería la primera vez que en alguna reunión aparecen 3 o 4 personas que dicen saber mucho y que van hablando del tema, pegas la oreja y sólo sueltan barbaridades… en cambio, te paras a charlar con alguien que sólo pone la oreja y es el tipo más interesante de la sala. A ese es al que hay que hacerle caso.
En los últimos meses una persona conocida por la red dice que soy su manager 😛 No le voy a reprochar nada, porque sé que es una persona independiente y que sabe hacer, aunque lo bueno de un manager es precisamente que, en casos de duda o de tener que hacer algo, siempre tienen una respuesta. Hace poco esta persona, a mi parecer, metió la gamba, cosa que ya le dije, quizá no en el momento más adecuado, ya que justo en ese momento estaba sufriendo todas las consecuencias y seguro que le afectó más de lo que debía lo que le dije, pero siempre he pensado que si la cagas es mejor que alguien te lo diga y que no te laman el culo… para eso ya está el resto del mundo (¿no dicen eso de que los que más te quieren son los que te harán llorar?).
La cuestión que me viene a la cabeza es si es bueno confiar ciegamente en alguien, si esa persona tiene el conocimiento del sector del que trata de forma que lo que diga «va a misa» y luego se cumpla, y, sobretodo, si decides ir por libre, si hay que consultarle o no. No será la primera vez que digo «ya te lo dije», frase que yo también he tenido que tragarme en muchas ocasiones… al fin y al cabo, después de darte una torta te das cuenta de las cosas.
En el caso que os comentaba antes, la diferencia entre esa persona y yo es que el «ya te lo dije» yo lo veo como «algo positivo», algo que ha de hacer que me supere, que mejore, para que no vuelva a ocurrir… en cambio, mucha gente cuando se enfrenta a algo de ese estilo y escucha el «ya te lo dije» cree que es un ataque y que por eso ha de desconfiar y apartarse del camino.
¿Creéis que es bueno ayudar a alguien que va perdido por el camino y que quiere aprender? ¿Hay que seguir ayudándole después de haberle dicho por dónde debía ir y tras hacer lo contrario, volver suplicando ayuda? Yo creo que sí, pero ¿hasta qué punto?
pd: Si la persona a la que me refiero lee esto, que conste que no lo digo por su actuación, sino que la tomo como base para escribir esta reflexión que mezcla muchas posibilidades 🙂
Deja una respuesta