Por primera vez, se han descubierto dos agujeros negros supermasivos en una misma galaxia. El hallazgo ha sido posible gracias a las observaciones realizadas por el telescopio espacial de rayos-X Chandra. Los dos agujeros negros giran uno alrededor del otro y probablemente se fusionarán en uno solo dentro de unos cientos de millones de años.
Cuando ello ocurra, piensan los astrofísicos, se desencadenará un evento catastrófico que producirá una intensa radiación y ondas gravitatorias.
La pareja se encuentra en el centro de una galaxia especialmente brillante, conocida como NGC 6240. Hasta ahora no se conocían ejemplos de algo parecido. De hecho, hace apenas unos años que hemos obtenido confirmación de que en el núcleo de algunas galaxias se encuentra un agujero negro supermasivo.
El Chandra, que es sensible a los rayos-X, pudo distinguir entre los dos objetos galácticos y analizar la radiación procedente de cada uno de ellos, explica Guenther Hasinger, del Max Planck Institute for Extraterrestrial Physics alemán. La detección de un exceso de fotones de alta energía procedentes del gas que cae en espiral sobre ellos y los rayos-X de los átomos de hierro presentes en sus cercanías los delató como agujeros negros supermasivos.
Con anterioridad, otros telescopios observando en otras zonas del espectro (radio, infrarrojo y visible) habían detectado dos núcleos brillantes, pero la naturaleza de esta región continuaba siendo un misterio, ya que los astrónomos no sabían cuál era el origen exacto de la fuente de rayos-X. Con el Chandra ha sido posible determinar si alguno de los dos es un agujero negro supermasivo. Descubrir que ambos lo son ha sido una gran sorpresa.
NGC 6240 se halla a unos 400 millones de años-luz de nosotros. Es un claro ejemplo de una gran galaxia en la que se están formando estrellas a un ritmo excepcionalmente alto. Sus dos núcleos, como también la notable actividad de formación estelar, pueden tener su origen en la colisión de dos galaxias más pequeñas.
La gran cantidad de polvo y gas dificultan una observación clara de los núcleos con telescopios ópticos, pero los rayos-X atraviesan este velo opaco sin mayor dificultad. Así se ha podido confirmar que estamos ante un agujero negro binario supermasivo, compuesto por dos agujeros negros que se fusionarán en el futuro.
Dentro de varios cientos de millones de años, los dos agujeros de NGC 6240, ahora orbitando uno alrededor del otro a una distancia de 3.000 años-luz, se unirán en un proceso catastrófico, produciendo un gran estallido de ondas gravitatorias. Estas ondas se extenderán por todo el Universo y ocasionarán arrugas en el tejido del espacio, que aparecerán como pequeños cambios en la distancia existente entre dos puntos. Si este tipo de fenómenos ya está ocurriendo en otros lugares (quizá varias veces al año), el detector LISA (Laser Interferometer Space Antenna), de la NASA, intentará localizarlos.
Deja una respuesta