Pablo Puyol: »Me ha costado mucho parecer un bailarín»

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Hace 5 años Pablo Puyol se plantó en Madrid para convertirse en un gran actor, pero musicales como Greese y La bella y la bestia se cruzaron en su camino y tuvo que aprender a cantar y bailar a marchas forzadas. Ahora en Un paso adelante está volviendo a vivir sus duros comienzos.

Ni es asturiano ni vive del baile pero, como su personaje, ambiciona triunfar. Hace cinco años Pablo Puyol se plantó en Madrid para convertirse en un gran actor, pero musicales como «Greese» y «La bella y la bestia» se cruzaron en su camino y este malagueño de 26 años tuvo que aprender a cantar y bailar a marchas forzadas.

Ahora, con Pedro (su personaje en Un paso adelante), está volviendo a vivir sus duros comienzos.

Actor, cantante, bailarín… ¿qué eres?

Soy actor pero hago de todo porque empecé haciendo musicales y tuve que aprender a cantar y bailar.

¿Te sorprendió que te ficharan como una estrella de la danza?

Sí porque un bailarín tiene un nivel muy alto y yo, aunque me lo he currado mucho, no lo tengo. La verdad es que me ha costado mucho parecerlo.

Siendo malagueño, ¿qué pensaste cuando te convirtieron en asturiano?

Propuse amoldar el personaje a mí pero querían que Pedro fuera un chaval del norte, más serio y “cerraete”. Los malagueños parecen más juerguistas.

¿Tú lo eres?

Pues sí (ríe). Aunque no creo que por ser de Asturias tengas que ser soso. No quiero que vean a Pedro como el típico paleto. Sólo es un chico que lucha por conseguir su sueño.

¿Y a ti te ha costado lograrlo tanto como a él?

Igual. Yo también vine de un pueblo a buscarme la vida y curré en lo que pillaba (barman, gogó, reponedor) para pagarme las clases. He pasado sus penurias.

¿Eres igual de pasional?

Sí. También me dejo guiar por lo que siento e intento conseguirlo sea como sea.

¿Y tan ambicioso?

Sí. Y creo que es bueno si no perjudicas a nadie por el camino. Por eso admiro la perseverancia de Pedro porque, aunque le pisoteen, no frena en su sueño.

Sois la envidia de muchos jóvenes.

Sí, y les vendrá bien ver lo dura que es una escuela así. Triunfar de golpe sólo le pasa a dos. La mayoría se preparan un montón, van a tres millones de casting y acaban de camareros. Pero merece la pena intentarlo.

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