El viernes pasado tuve que ir a Valencia por temas de trabajo y, aunque la ida fue en coche y dio tiempo a pensar e idear muchas novedades de un proyecto, lo mejor fue que tuve 3 horas a la vuelta en Euromed para seguir leyendo los libros que me había comprado hace una semana.
Total, que el que tocó en esta ocasión ha sido Padre Rico, Padre Pobre. He de reconocer que el libro tiene su guasa, y que mola porque habla en primera persona del escritor, que cuando tenía 9 años tenía «dos padres», uno, el suyo verdadero era el padre pobre; el otro, el padre de su amigo Mike fue su padre rico, el que le enseñó la parte de ingeniería financiera.
Aunque el libro habla mucho de invertir en inmuebles, algo que hoy en día con todas las movidas que hay suena un poco extraño, sí que te da a pensar en el resto de cosas que explica. Por un lado, que hay que ser inteligente y estudiar; quizá no estudiar lo que te enseñan en los colegios de estudiar para conseguir un buen trabajo, sino algo más parecido a estudiar para aprender el valor del dinero, de saber cómo hacer que el dinero trabaje para ti y no trabajar por él.
Otro elemento del que se habla es de las «patrimoniales». En alguna ocasión he hablado con gente de mi alrededor sobre esto. Algunos tienen una patrimonial, otros juegan como si la tuvieran… Todo viene por una sencilla razón que el otro día hablaba con la contable de OJO: no es lo mismo el Impuesto de Sociedades (empresas) que el Impuesto de la Renta (personas). La diferencia básicamente radica en que una empresa «ingresa», luego «gasta» y finalmente «paga impuestos». En cambio, una persona primero «ingresa», luego «paga impuestos» y con lo que le queda, «gasta».
Otros elementos que habla con mucha frecuencia es la diferencia entre activos y pasivos. La gente que tenga una empresa tiene un poco más clara esa idea, ya que en la contabilidad de las empresas se ha de tratar este concepto con bastante frecuencia. Una persona puede ver que comprar un piso es una inversión (un activo) pero en realidad es un gasto (un pasivo) porque al final, al menos como están las cosas, es difícil ver que se vaya a revalorizar. Quizá hoy en día no sea un gran ejemplo, pero si hablamos con nuestros padres seguro que lo ven así. Una de las razones por las que me compré un piso hace años fue precisamente porque mis padres decían que era mejor comprar un piso e invertir que no tener dinero en el banco; no digo que no sea verdad, pero hoy no haría eso.
En el libro se tratan algunas frases de forma muy interesante si te paras a pensarlas un poco (algo que también se recomienda: pensar).
- Ahorrar dinero no va a hacerte rico.
- Los ejercicios físicos mejoran la salud, los ejercicios mentales mejoran la riqueza, la pereza destruye ambos.
- La regla de oro es. El que posee el oro hace las reglas.
- Los pobres y la clase media trabajan para obtener dinero. Los ricos hacen que el dinero trabaje para ellos.
- Enfócate en tu propio negocio.
En fin… un libro que personalmente creo que hay que leer, al que hay que prestar atención pero que yo no seguiría ni mucho menos en muchas cosas porque no creo que no tenga razón, sino que son consejos un poco dudosos… De todas formas, si quieres, puedes leer a Robert Kiyosaki en Yahoo! Finanzas ya que tiene una columna en la que va publicando artículos sobre ricos y pobres…
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