Hace ahora un mes que comencé una nueva serie de proyectos. Al cabo de un mes ya vas viendo aquellos que van a un ritmo distinto del que habías previsto, aquellos que aportan distinto de lo que habías previsto, aquellos que te queman a un ritmo distinto del que habías previsto. Creo que en mi caso todo ha sido al revés de lo que había previsto ( que conste que eso no significa que esté mal, en algunas cosas, casi me alegro).
Ahora mismo mi tiempo se reparte en un 40%-40%-20. El primer 40% va dedicado a Keep It Simple Lab, es decir, a todos los clientes que tenemos, consultoría SEO, WPO, etc… el siguiente 40% va dedicado a proyectos en Grupo ITnet, principalmente TopDomainer, temas internos en la empresa, y principalmente a mucha I+D en Sistemas, donde estoy haciendo unas historias con servidores DNS que llevábamos varios años queriendo hacer y nunca encontrábamos el momento. El resto del tiempo, ese 20% lo dedico a mi.
Aquí entran en juego varios temas, el principal es el del quemamiento. Cuando lanzas algo, aunque sea en alpha, beta o delta, pero en producción y falla, teniéndote que dedicar a arreglar cosas en las que en muchas ocasiones no tienes el control porque dependes de otros te quemas. Otro es el del desgaste mental; y es que pensar cansa, es algo que quién tiene un trabajo bastante metódico no entiende, pero es una situación que he hablado con bastante gente (familiares, amigos, conocidos…) y de tanto en tanto encuentro a alguien que lo entiende. Cuando llevas 4 semanas sin parar ni puentes ni fines de semana, acabas petado. Normalmente en 24 horas soy capaz de recuperarme; ahora, no sé si es que ya me estoy haciendo mayor, pero cada vez más me cuesta volver a la normalidad (o eso, o es que cada vez fuerzo más la máquina y cuando se engancha, no hay quien la despegue).
Lo malo de todo esto es que aunque quieres abarcar más, ya lo dice el sabio refranero español: quien mucho abarca, poco aprieta
. Así que voy a empezar a dejar temas, proyectos, historias que tengo ahí en el aire y que el coste dedicatorio no parece compensar el esfuerzo de arrancar. Todo lo que se salga de horas de dedicación a «empresa» han de ir volviendo progresivamente hacia mi persona.
Después de una semana «casi de vacaciones forzadas» (y que afectan a los que me rodean) vuelvo a la normalidad, con resaca, pero vuelvo. Este fin de semana tocará acabar temas pendientes, el martes tengo viaje a Madrid, el resto de la semana compromisos y el próximo fin de semana supongo que algo de familia (espero que no mucha) y el resto sí que lo voy a dedicar a mi, a no hacer nada, a aburrirme, a hacer cosas simples como salir a pasear o ir al cine, en definitiva, a ejercer de ser humano.
Deja una respuesta