Hace un par de semanas que pedí el cambio de operadora para mi línea telefónica y, por ende, a mi ADSL. No voy a decir, aún, que ha sido un error, pero el proceso del cambio está siendo algo más doloroso de lo que esperaba. Aún así, sigo conectado.
Hace varios días (hará ya una semana) que noté que el teléfono se quedó «en blanco» y el router dejó de sincronizar. Es un router antiguo (no soporta ADSL2) por lo que por mucho que lo he intentado reconfigurar a los datos de la nueva operadora no funciona.
Aún así, los de la nueva operadora me han dejado conectarme, de forma gratuita, a través de un módem. Es lo bueno de la tecnología, que hay cosas que aunque pasen 10 años siguen funcionando… qué recuerdos cuando me compré el módem a 33.600.
Pues estos días ando navegando con el módem interno a 56kb. Aún así, a ratos lo combino con mi conexión 3G, ya que sino, me moría de la falta de velocidad. Esta es una de las razones (por no decir que es la principal) de no haber actualizado el blog, contestado correos o podido trabajar de forma decente. Sí ¿cómo podíamos navegar hace años así? Muy simple, porque casi no navegábamos y nos centrábamos en cosas como el IRC y similares, que casi no consumían ancho de banda.
La cuestión es que aprovechando que tengo esta «baja velocidad» me he puesto a navegar por determinados sitios y la verdad es que me estoy llevando una decepción. Los creadores de contenidos ya no pensamos en la velocidad de navegación de los otros usuarios, damos por echo que todos tienen nuestra ADSL de 200 megas, y en esto me incluyo, ya que si me pongo a navegar por la mayoría de sitios que frecuento habitualmente, excepto este blog personal (en el que la imagen no es lo importante y el CSS pesa poco) y pocas cosas más, todo va muy lento, tarda en cargar, etc…
¿Qué es lo que debemos hacer? Pues no lo sé. Supongo que en aquellos sitios donde la velocidad es tan lenta como la del módem los feeds se han convertido en grandes aliados, aunque si entrar en Google Reader cuesta, no quiero saber en otros servicios…
En fin, voy a seguir mi retiro espiritual hasta que la nueva operadora se digne a enviarme el nuevo router… pero mientras, aprovecharé la conexión de otros arrastrando mi portátil de un lugar a otro.
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