Welcome to Miami, returns

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El pasado mes de febrero escribí la que fue la primera Welcome to Miami, y tras varios días por Buenos Aires ya estoy aquí.

Lo cierto es que he de reconocer que me está costando un poco más de lo que me esperaba, y eso que sólo llevo 12 horas. El viaje se ha hecho algo pesado, principalmente porque salimos una hora y media más tarde y hemos llegado a las 8 en vez de a las 6:30, lo que ha trastocado parte de mis planes (aunque en ese sentido la cosa ha acabado cuadrando).

La salida del Aeropuerto de Ezeiza fue, al menos para mi, bastante tranquila. A muchísima gente le estuvieron revisando las maletas y bolsas de mano y a mi simplemente me dejaron entrar en el avión. No sé si el pasaporte de Unión Europea ha tenido algo que ver, pero la verdad es que en ese sentido me he sentido a gusto y nadie ha violado mi intimidad (me daba un poco de cosa, más que nada porque llevaba ropa usada de la última semana). Además, en el avión me ha tocado una de las puertas de emergencia, por lo que tenía como un metro de espacio por delante, así que no he ido en ningún momento apretado.

La llegada también ha sido tranquila… 15 minutos esperando a «la manga» (también conocido como «pasarela para entrar/salir del avión» o finger) porque se había estropeado y después el control de pasaporte. Una cosa interesante es que si rellenas el ESTA no hace falta rellenar el «papel verde». Así sólo hay que rellenar el otro, por si traes cosas «tax-free» y similares, que en la mayoría de casos supongo que no. También está bien haber venido anteriormente porque sólo me hicieron revisar las huellas de una mano (supongo que para chequear con las anteriores) y, eso sí, la foto la actualizan. Tras eso, recogida de maletas y el siguiente que te pregunta hasta cuándo te quedas, porqué vienes y cuánto dinero llevas encima.

El primer… no sé cómo llamarlo… me lo he encontrado cuando he llegado a AVIS. Al quedarme el coche cerca de 1 mes me han empezado a querer encalomar seguros de cosas (que en parte tenían toda su buena intención) y se me ha hecho un poco complicado hacerme entender con la señora (que allí mismo me ha dicho: un segundo que he de tomarme mis medicinas y se ha puesto allí a empastillarse). En ese momento me he dado cuenta de dos cosas: que mi inglés con gente que no habla claro se pierde en un 80%, y que si he de mantener una conversación de la que no tengo ni idea que decir, me vuelvo un poco inútil (y no tanto por no poder contestar, sino porque no me sabría explicar ni en español).

Al final el coche que me han dado (supuestamente «pequeño») es un Toyota Camry de color blanco. La verdad es que se conduce muy fácilmente y el hecho de que sea automático te hace preocuparte más por la carretera y seguir las instrucciones del GPS. Por cierto, es IMPRESCINDIBLE tener GPS, un buen GPS si es posible, porque como te equivoques o tengas dudas, se va todo al traste. Por suerte antes de venir me compré un TomTom sencillo y le metí los mapas de Estados Unidos, por lo que en ese sentido, exceptuando algunas cagadas propias, me ha salvado el día.

Tras salir del aeropuerto me he venido al hotel donde me quedo hasta el día 1 de diciembre. Pero como aquí los check-in los hacen a las 15h me he conectado un momento, he impreso un par de direcciones de sitios, y me he ido al Dolphin Mall, del que ya hablaré más concretamente en un artículo. Allí me he comprado toda la ropa, camisas, ropa interior, chaqueta y zapatos que necesitaba. He estado comiendo en el Fridays y me he vuelto a hacer el check-in y a pegarme una siesta, que la necesitaba.

Esta tarde me he dispuesto a visitar una tienda MetroPCS pero me he llevado una sorpresa al saber que sus teléfonos no tienen SIM porque no van por la red GSM… así que sigo sin conexión de voz y datos. Creo que me tendré que decidir por las «caras» operadoras T-Mobile, Verizon o Sprint para poder hacer funcionar mi Android.

Después he estado comprando y poniendo al día la nevera y microondas que hay en la habitación del hotel… aunque la verdad es que no tengo mucha hambre… el viaje me ha trastocado más si cabe el horarios de comidas, lo que hace que tenga hambre cuando no toca y que no tenga ningunas ganas cuando debiera… pero eso puede esperar a mañana cuando ya rehaga mis horarios…

Y para empezar ese ha sido mi primer día de llegada a Miami. No os preocupéis que no voy a contar lo que hago cada día… pero sí que me apetecía explicar el resumen de este primer día de llegada… aunque eso no descarta que haga alguna que otra reseña de sitios que vaya visitando o cosas que vaya haciendo.

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